domingo, 27 de marzo de 2011

Con una hora menos

Hoy hemos amanecido más tarde, sin haber dormido más. Nos han robado una hora de sueño, una hora de nuestro tiempo y nos quedamos así, como si nada.
Perdemos el valor de 60 minutos y a nadie le duele más que la cabeza por haber descansado una hora menos, o la consciencia por haber amanecido más tarde.
Cierto es, nos devolverán la hora cuando caiga el otoño, pero ¿ y si alguien ha compartido esta madrugada sábanas por primera vez con un amor que creía imposible? ¿De qué le servirá la reposición de esa hora robada cuando ya la piel no sea nueva?

Y no abrimos la boca, porque seguimos la moral del rebaño. Porque lo que a nadie le importa, no tiene por qué importarnos y molestarnos a nosotros.

Yo exijo los 60 minutos que me han quitado esta madrugada. Porque ese tiempo es mío y nadie me preguntó si me importaba. Nadie me dio a elegir entre más luz o menos tiempo. Nadie pensó en mí cuando colaron en este mes un día de 23 horas. Exijo mis 3600 segundos.

martes, 22 de marzo de 2011

Tu desnudo

Entré en la cafetería por casualidad. De camino a la barra, buscando al camarero para pedirle un café con leche en vaso, me crucé con tu mirada. Me paralizó. Esos grandes ojos oscuros me paralizaron y a punto estuve de saludarte. Me pareció tan cercana esa forma de mirar... Pero no te conocía. Se me escapó media sonrisa quizás, pero seguí caminando sin decirte nada. Paso firme hasta la barra.

Pedí un café y mientras hojeé un periódico cualquiera. Seguía sintiendo tus ojos en mi nuca, y así ocurrió cuando me di media vuelta. Seguías mirándome. ¿Quién era el dueño de esos ojos? Pagué el 1.30 de mi café, doblé el periódico para dejarlo en su sitio y me bajé del taburete... Volví a pasar por delante de ti, de tu mesa, deseando que me hablaras, esperando que me dijeras algo. No me podía ir de ahí sin saber de ti. Seguí hacia la puerta, despacio, esperandote, dándote tiempo para decidirte.Levanté por última vez mi vista, buscando la tuya para despedirme y me sonreiste ya abiertamente. Me quedé quieta. Di un paso hacia tu mesa y me confesé... "No sé quién eres, lo curioso es que me suenas mucho ".

Y no lo recordaba, aunque tu a mí si. Hacía más de dos años me había desnudado para ti. Para ti y para otros más al mismo tiempo. Fui un cuerpo desnudo en una clase donde muchos pares de ojos me miraban y me plasmaban en un papel. Fui unas curvas con cabeza y pelo en un aula donde recuerdo haber pasado mucho frío. Pero no tenia el recuerdo de la vergüenza que sentía en ese justo instante, cuando tú me estabas saludando y buscando mi piel bajo mi ropa.

Seguía sin conocerte, mientras tú, en cambio ya conocías hasta el tamaño de mis pezones.

sábado, 19 de marzo de 2011

Felicidades Papá!!!

Hoy es tu día, papá. Y desde aquí, desde mi espacio recientemente estrenado quiero dedicarte la entrada de hoy. Hacerte protagonista de un trozo de la red que va a ser única y exclusivamente para ti, y agradecerte tanto y tantísimas cosas...

Lo primero de todo, GRACIAS por la vida, por tu amor, y por tu respeto. Gracias por criarme y educarme en ese entorno de libertad en el que tuve la obligación de tropezar y equivocarme para aprender el camino. Gracias por dejarme elegir y respetar mis decisiones. Gracias por permitir y aceptar mis errores, para permanecer ahí abriendo esos brazos a los que yo acudía cuando reconocía mi fallo. Gracias por tus silencios, y por tus consejos solo cuando yo los pedía. Gracias por tus no-reproches cuando una vez pedidos, hacía caso omiso a esas consejos. Gracias por aceptar que me haya hecho mayor, y que haya decidido echar raíces lejos de vosotros. Gracias por escucharme. Gracias por moverme por dentro al decirme que me echas tanto de menos, y preguntarme cada vez que nos llamamos cuándo viajaré a visitaros. Gracias por quedarte en este mundo, cuando todos pensábamos que te ibas sin despedirte. Gracias por ser así de fuerte y haber dejado de fumar en su momento. Gracias por tantas cosas, papi, que no acabaría nunca.

Tengo muchos recuerdos de mi infancia y de mi adolescencia, y creeme papá, en ellos siempre aparece tu sonrisa dibujada. Y tus manos, esas manos grandes y fuertes, que de pitufa sabía que siempre me protegerían.

En casa nunca hemos sido de decirnos mucho las cosas... Nunca lo entendí, la verdad... Así que déjame decirte que te quiero con todo mi corazón, Papi...

jueves, 17 de marzo de 2011

......La ciudad no duerme.............

Desde la ventana de mi habitación, veo campo... Mucho campo. Y más alla, el monte Gurugurú. Para quien no lo conozca, es ese monte "cortado" , al sur de Alcalá de Henares, donde hacía las prácticas la unidad de caballería que después participó en las operaciones militares del monte africano del mismo nombre.
 Más allá luces. Muchas luces blancas y rojas, de las torres del aeropuerto de Barajas. Y de vez en cuando, a lo lejos, también veo despegar y aterrizar algún avión.

Suelo acostarme tarde. Me cepillo los dientes con los ojos casi cerrados y arrastro los pies hasta mi cama. Duermo desnuda, buscando el calorcito de mi santo, y siempre siempre siempre miro por la ventana. Imagino sobretodo, las prisas y los nervios en las terminales de Barajas. La ansiedad del que espera en "llegadas" y la actividad de todas esas personas que están empezando su jornada laboral cuando yo me dispongo a entregarme a Morfeo.
Me despierto también muy pronto, y vuelvo a mirar por la ventana. Aún no ha amanecido... Siguen esos aviones ahí. O no, seguro que son otros, con otros pasajeros, otros trabajadores en lo alto y en lo bajo de ese aeropuerto... La ciudad no duerme.