martes, 20 de diciembre de 2011

Escondite

Yo necesito esconderme. No muy a menudo, pero sí de vez en cuando. Necesito un refugio donde meter la cabeza porque a veces siento que todo va muy rápido, que no tengo tiempo real de concentrarme en este mismo instante y que se me escapan cosas que pasan por encima pero que en realidad deberían pararse también conmigo para que pueda asimilarlas, acogerlas en mi pecho y guardarlas por siempre.

Me escondo, porque mi pequeña cyn y yo necesitamos más intimidad de la que la vida y el mundo nos proporcionan. Necesitamos un momento para escuchar la música que nos hace desarrollar nuestros sentidos, y dejarnos llevar. Pasar tiempo a solas, y descubrir qué es lo que está cambiando o por qué nos alejamos alguna vez la una de la otra. Permanecer con los ojos cerrados, solo para reconciliarnos, perdonarnos, sin que nada ni nadie se entrometa en ese instante que es solo nuestro.

En mi otra vida tenía un sitio donde estar quieta durante horas y mirando fijamente al horizonte no era síntoma de nada. Un sitio que me acogía, me abrazaba y me permitía gritar sin que nadie me oyera. Mi refugio me dejaba vacía, pero al mismo tiempo también me llenaba de la energía que representa la vida.

En esta vida nueva, no tengo un sitio que sea mío. Quizá Madrid no tiene escondites posibles. O yo no he encontrado el mío propio aún.
Y es así como nace este sitio. Como intento de refugio sin aún conseguirlo del todo. Será que perdí con demasiada facilidad el pudor a desnudarme, pero no el de sentirme desnuda. O que el refugio sea público no ayude. Quizá fui demasiado valiente el día de su inauguración, aportando datos reales, y hasta plantando ahí la fotografía de la que me da los buenos días cada mañana frente al espejo. Y ahora me escondo así, como la de la foto.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

"D"

Hoy es mi día D. Ha sido un día muy, pero que muy muy "D", desde que me he despertado, hasta ahora mismo... Momento en el que despido el día, y no podría ser en otro lugar mejor que este. En mi sitio, mi guarida, mi rincón... hasta hace muy poco, mi escondite. (Explicaré lo del escondite en otro momento, hoy sencillamente no)

Pues bien, hoy pareciera que alguien hubiera madrugado más que yo para preparar el escenario del que ha sido mi día. Pareciera que alguien se hubiera molestado en poner también la canción indicada en una emisora de radio cualquiera, justo cuando volvía a casa, para convertirla ya en banda sonora de mi día "D". Pareciera que alguien se estuviera ocupando de que un buen año, pueda acabar convirtiéndose en el mejor de mis 26 años viva.

Me extrañaría si no supiera que detrás de todos esos momentos y sensaciones, estás tú. Y me mentiría si no dijera que te siento, que te sigo sintiendo y que jamás dejé de hacerlo. Será cuestión de energía, o quizá no, porque siempre has estado ahí, y yo ya me acostumbré a ti. A ti, a tu presencia o a tu no presencia, quién sabe, si ya no soy capaz ni de recordar tu voz. Pero tu mirada, no... tu mirada la llevo siempre en el bolsillo izquierdo, el que coincide con el lado del corazón. Y te lo agradezco infinitamente, y más.




¡¡¡ Mi banda sonora del día de hoy !!!

lunes, 7 de noviembre de 2011

¡¡¡¡ FELICIDADES !!!!

Esta entrada, viene en formato de felicitación. Hoy tengo el inmenso placer de regalarle estas letras a la persona que más quiero en mi vida, porque justamente hoy, hace 13 años que sus ojos, aún sin poder ver bien, me dedicaron la mirada más especial, más bonita y más profunda de las que he sentido a lo largo de mis días. Hoy hace 13 años que nació mi hermana.
Así que quédate conmigo, pequeña, que esto es para ti.

Espera, que me conecto en modo-abuela, para decir que el tiempo ha pasado muy deprisa. Demasiado deprisa...Aún recuerdo todos los detalles de la noche en que llegaste. Como fuimos todos a esperarte. Recuerdo perfectamente como salió papá, sonriente, orgulloso como el que sabe que ha hecho un buen trabajo, pocos minutos después de recibirte en sus manos. Nos explicó a tus demás hermanos y a mí cómo eras, el color oscuro de tu pelo, tus ojos grandes, lo rosadito de tu piel... Pero no fue suficiente, porque todo tampoco hubiera sido suficiente... Y es que no he vuelto a ver bebé tan lustroso como tú. Nada más conocerte, insisto con lo de tu mirada... Sí, ya sé que con dos horas de vida, apenas se puede ver bien, pero yo sé que en ese instante me miraste fijamente, y ya me tenías atada a ti.
Fue muy divertido. Llegaste a una casa en la que todos éramos mayorcitos, y verte crecer, cuidar de ti... Era una maravilla. Todos aprendimos mucho de ti, y creeme... Aprendimos mucho más nosotros contigo, y de ti, que tú de nosotros. ¡Y mírate! ¡Ya eres una mini-mujer!

Mamá siempre dice que tienes mi carácter... Me cuenta vuestras discusiones y añade su ya típica coletilla    " yo no sé a quien sale esta niña... Bueno a quien va a salir!" Y es que lo más duro y lo más difícil que he hecho en mi vida, ha sido despedirme de ti, resignarme a saber de ti mediante una web cam o una línea de teléfono...  Y ya paro, que conecto en modo-blandengue.

Nos lo decimos constantemente, pero te lo escribo aquí también... Te quiero pitufa. Disfruta de tus 13!

sábado, 29 de octubre de 2011

Heridas

Por momentos nos sentimos seres enteros, de una sola pieza. Como si la vida no nos marcara... como si haber sobrevivido, nos concediera el lujo de haber olvidado. Como si alguno se librara de la composición de los pedazos que por suerte quedaron sanos, y que aún hoy luchan por mantenerse intactos.

La  constante pelea del ser. Esa, la de seguir con la cabeza erguida, aunque el peso de un pasado cargue sobre la espalda. La pelea por mantener la sensación de que quien sufrió, y quien tuvo miedo no era uno mismo, sino el protagonista de ese capítulo del libro, o de esa escena de la película que queremos que sea la propia vida.

Pero llega un día en el que indagas lo suficiente como para descubrir que la herida sigue abierta. Y duele. Y escuece. Porque sigue ahí. Porque la piel se regenera más rápida y fácilmente que el alma o el ser en sí mismo.

Y es una carrera. Corres, porque los recuerdos te persiguen. Porque te rompes cada vez que te relajas o te despistas y vuelves a tener constancia de que no han desaparecido. Que siguen ahí. Que no puedes mirar siempre hacia otro lado, porque no siempre te sitúas en cabeza de carrera... Los fantasmas no solo te persiguen, también te rodean y ya no puedes correr, no hace falta que corras más, porque ya has perdido. Te han alcanzado y han conseguido hacerte suyo. Pero te marchas a dormir, como si el sueño fuera capaz de llevarte a otro lado indefinidamente. Como si al despertar todo fuera a desaparecer, o a estar más lejos.  

Y de repente nos sentimos diferentes del que sufre. Porque eres consciente de que está sufriendo porque él sí lo demuestra. Y tú no. Tú prefieres dejarte llevar por los días que parece que te dan un suspiro para llevarle ventaja al miedo. Prefieres reconstruir trozos de ti mismo que ya no tienen por donde cogerse, que ya no encajan. Y sigues engordando a esa pelota que a veces oprime el pecho.

Pero nunca llega el día de situarse frente a eso que te persigue. Cuando estás en el inframundo de ti mismo, lo evitas porque no es momento. Y cuando estás pletórico, no quieres menguar esa magia con cosas que ya pasaron. ¿ Y tú alardeas de tu valentía por mantenerte firme y en pie ?

Y aún así, seguimos sintiéndonos seres enteros. De una sola pieza.

jueves, 27 de octubre de 2011

Si volviera a nacer...

Si volviera a nacer, elegiría sin duda volver a ser yo.
A pesar de mis caídas, mis pecados, mis luchas, mis heridas... Mis ilusiones dormidas o mis sueños perdidos.
Volvería a ser yo misma y lloraría en los momentos en que lo hice ayer y lo hago hoy. Quizá no me escondería, ni ocultaría el dolor, o la rabia o la ira derramada en forma de lágrima.
No inventaría ni una sola sonrisa. Todas serían de corazón.

Aceptaría algo más la vida. La vida tal cual. Esa misma que te siente, te habla y te escucha. Esa misma vida que te enseña, te quita y te da.

Lucharía más. Hasta dejarme la piel si hiciera falta por todas esas cosas, y por esas personas que de veras me importan. Sin miedo.
Derramaría hasta la última gota de mi sangre por las causas perdidas. Valiente. Muy valiente.

Perdonaría de corazón.

Sentiría sin pensar. Sin analizar. Sin cuestionar. Y sin dudar. Sentiría... Simplemente. Hasta dejarme llevar.

Convertiría en palabras esas miradas que aún creyendo que lo decían todo, jamás dijeron nada. Sin pudor, y sin pánico.

Diría siempre lo que me nace aquí dentro. No llenaría cajones de frases no pronunciadas. Las repetiría mil veces si hiciera falta...

No haría menos el amor, aunque sí consentiría que el amor mismo me hiciera a mí. Y sentirlo. Y que me sintiera... Hasta olvidarme del mundo, o que el mundo me olvidara.

Anotaría en un papel la descripción de esos momentos que se convierten en buenos recuerdos, pero que de pronto, el tiempo los turbia y los marchita y casi los hace desaparecer.

Acariciaría más. Con ganas de quedarme con tu piel en mis manos. Y besaría hasta que me dolieran los labios.

No volvería a romper una noche pronunciando algún nombre a gritos.

Olvidaría el amargo sabor que dejan algunas situaciones. Algunos golpes, algunas decepciones o algunas palabras mal dichas. Los olvidaría para siempre, sin permitir que formaran parte de mi equipaje.

También olvidaría olores, aromas y voces.

Y qué curioso... Si volviera a nacer, elegiría sin duda volver a ser yo

martes, 25 de octubre de 2011

Me gusta...

- Mojarme con las primeras gotas de lluvia. Aunque me dejen el pelo hecho un asco...
- El helado de pistacho. Y el de turrón.
- El silencio que acompaña a la noche.
- Dormir contigo. Eso me encanta.
- El primer café de la mañana. Y quemarme un poco los labios, sorbo a sorbo.
- La paella de mi madre. Ni las que he comido en valencia la superan!
- Viajar, conocer, visitar lugares nuevos.
- El aroma del sur.
- Los zapatos. Mi sagrada colección de zapatos...
- Mi presente y el que espero que sea mi futuro.
- La seguridad de tu mano en mi cintura.
- El primer día de la temporada en la playa.
- Las cenas de chicas.
- Mi sitio. Donde puedo gritar sin que nadie me oiga.
- Que nos entendamos sin decir nada. Que nuestras miradas estén así de conectadas.
- El gazpacho. Casero, por favor.
- La valentía.
- Aprender.
- Creer que muchos sueños se cumplen. Y descubrir que es así de cierto.
- Llorar con una película dramática sin que nadie me vea.
- Un buen libro y leerlo con calma.
- La buena energía que desprenden algunas personas.
- El color rojo. Y el negro.
- El blanco también.
- Las vacaciones.
- La sensación al salir de la ducha. El olor del pelo mojado y limpito.
- El sonido de la risa.
- Conducir cuando estoy tranquila y relajada. Sola. Con la ventanilla bajada, y sin prisa por llegar.
- Decir siempre lo que pienso.
- Sentir. Para bien y para mal.
- La originalidad.
- Tener ganas.
- La orilla del mar. Caminar mojandome los tobillos.
- Patinar.
- La espontaneidad de los niños.
- La gente libre que dice lo que quiere, lo que siente, lo que odia. Sin miedo ni tapujos.
- Anatomía de Grey.
- Hacer una lista de proyectos y objetivos y poder tacharlos cuando los he cumplido.
- Inventarme una vida para la gente con la que comparto trayecto de tren o de metro. Seguro que les encantaría lo que les imagino a cada uno...
- Que me contagies tan buen rollo. Y tanto optimismo. Y que me empujes hasta arriba del todo cuando lo necesito.
- La coca cola con mucho hielo picadito y una rodaja de limón.
- La gente que mira a los ojos cuando habla.
- Creer que cumpliré todos los objetivos que me propongo el último día del año para el siguiente. Pobre ilusa...
- El cielo de noche.
- El olor de un recién nacido. El olor de una vida nueva.
- Cerrar etapas para abrir las nuevas.
- Meterme en la cama cuando estoy tan cansada y sé que no voy a tener tiempo ni de pensar.
- La música. No podría vivir sin música.
- Saber que siempre hay algo más y mucho mejor. Y tener tiempo para descubrirlo, sentirlo y vivirlo.
- Ponerle bandas sonoras a mis mejores momentos. Y recordarlos cuando oigo esa canción.
- Las vistas desde la terraza del Puro Beach.
- Que contigo sea todo así de fácil.
- Tú. Me gustas, me encantas, me vuelves loca.

lunes, 24 de octubre de 2011

Escribir.

Un tópico. Cuando alguien de tu entorno conoce de tu inquietud por las letras y te pregunta "¿ por qué escribes ? ".
 La primera, mi primera reacción fue la misma que si la pregunta hubiera sido "¿por qué respiras ?"
Es extraño. Tuve muchas respuestas en un mismo instante, pero a la vez ninguna que me apeteciera verbalizar... Que seamos tan valientes para desnudarnos delante de un papel y nos cueste tanto confesar el por qué de esos desnudos...

No concibo mi vida sin esto. No tengo recuerdos de mi vida en los que no escribiera. Lo hago desde bien joven, en hojas de cuaderno, aunque aún a estas alturas pasee constantemente uno de esos en mi bolso para captar al vuelo.
Escribo sin ansias de hacerlo bien, ni de encajar unas palabras con otras cual puzzle se tratara. Escribo porque necesito que mis pensamientos se materialicen.
Escribo en el intento imposible a veces de darle forma a lo que no se ve ni se oye.
Escribo porque es como un reseteo. A veces me siento tan llena que necesito vaciar letras en algún sitio para volver a llenarme de ellas.
Escribo porque a veces, aunque poco a menudo, me gusta sentirme en otras pieles, en otras vidas y darle un giro completo a mis reacciones.
Escribo porque a veces mi razón va sola, mi corazón va solo y hasta mi cuerpo va solo. Y hago trazos sobre un papel o pulso unas teclitas que luego tienen el resultado de lo que he sido en un periodo de tiempo.
Escribo para no olvidar. Porque un día me quedé muy vacía y gracias a las letras recordé que alguna vez pude sentir y volví a confiar en recuperar esa capacidad por recordarlo.
Escribo porque en mi cabeza guardo descripciones de personas, de momentos, de sensaciones que quiero recordar siempre.
Escribo porque a la vez que protagonista, también soy narradora de mis días.
Escribo para mostrar lo que tengo dentro, y que late y late y late y no para.


Escribo porque quiero.

viernes, 21 de octubre de 2011

Tener ganas

Que importante es tener ganas. La base de cualquier precepto. Lo primordial para que un deseo no deje de ser eso, un deseo. El ingrediente mágico para que la salsa de la vida siga sabiendo bien.

Hay tantas cosas por hacer, pero para todas ella se necesitan ganas. Ganas de salir a conocer calles, parques, cafeterías con encanto o sin él. Ir al cine, a los teatros, a los museos. Ganas de conocer gente,  o de entablar conversación con un desconocido y poder inventarte hasta una vida. Ganas de viajar, fotografíar, recordar... Darle con las puertas en las narices a la apatía y tener ganas de tener ganas.

Ganas de comer un buen chuletón con su correspondiente copa de vino tinto. Ganas de descubrir tu piel bajo esa ropa, de oler tu cuerpo, sentir tu aroma, y que tu piel se grabe en mis manos. Hasta para comer y follar se necesitan ganas, aunque ambas dos proporcionen solo placer absoluto.

Nunca dejes de tener ganas.........


viernes, 7 de octubre de 2011

Cristina

Anoche por primera vez, me sentí culpable. Anoche, después de tres años llenos de noches que han traido tu recuerdo, me sentí culpable.

Llegaste a mí, por causas del destino, ya sé... Nada ocurre por casualidad. Llegaste perdida, cargada de un miedo que te acompañó hasta siempre. Mirabas a todos lados y sin centrar tu mirada en ningún punto, nunca perdías detalle del cosmos que te rodeaba. Todo eran amenazas en tu mundo. Si tuviera que describir lo que sentí al verte por vez primera, elegiría una sola palabra. MIEDO. El miedo, el terror, el pánico se hicieron a la vez todos ellos dueños de ti.

Pero en mitad de todo quedaba un punto de luz. Una ilusión que te mantenía atada a la vida. Y yo te empujé, mi dulce Cristina. Te empujé porque en tu ilusión estaba también la mía. Porque en ti, encontré a quien iba a cumplir con lo que en aquel momento, yo no me atrevía. Cristina... Mi dulce niña Cristina...

Y te marchaste. Juntas hicimos un equipaje lleno de cosas tuyas y mías. Te marchaste tras el amor. Tras tu ilusión... Te marchaste en un vano intento de olvidar un pasado que te persiguió hasta siempre. Y yo te empujé, mi dulce Cristina, yo te animé...

Fue una sola llamada, de madrugada. Dos madrugadas antes del día de navidad. Al otro lado me notificaban el desenlace de mi hermana... Te creiste con el derecho de elegir dónde, cuando y cómo... Y pusiste fin.. Acabando ya con el miedo y tambien con tu pasado como con tu futuro, mi dulce Cristina.


Sigues en mi recuerdo.

viernes, 16 de septiembre de 2011

............ Nuevos hábitos.................

Soy una drogadicta. O quizá ahora sea un proyecto de ex-drogadicta. Pero no puedo decir que ya lo sea, pues aún siento el poso de esas sustancias que me he suministrado durante años en el organismo.

Llevo 11 días sin fumar. Y lo quiero hacer público, porque aún me siento débil, y tenerlo aquí escrito creo que me ayudará cuando las ganas de un "último" piti, aprietan.

A mí, es que me gusta fumar. Me gusta, porque asocio el cigarrito a los buenos momentos. Asocio esas caladas profundas al rico aroma de un buen café. A las sobremesas con agradable conversación y chupito de hierbas que se alargan hasta las mil. Asocio el piti al momento post-orgasmo, sobretodo cuando ese momento te asalta bien de madrugada y sales a la terraza a expirar ese humo y no oyes más que el silencio. A mí me encanta fumar. Pero ya me he fumado el penúltimo y el último cigarro de mi vida, porque lo que más me gusta por encima de todo es vivir. Estar y sentirme viva.

Y que paradoja. Siempre me he declarado una firme defensora de la libertad del ser, y sin embargo he estado demasiados años esclavizada a un paquete de tabaco, y a tener otro paquete de reserva aunque tuviera que ir al otro lado de la ciudad a por él, para que nunca me faltara el vicio.

Era consciente de la dependencia que tenía y que todavía tengo, de esa mierda. Todo fumador sincero consigo mismo, es consciente de eso. Yo nunca me engañé, y si no intenté dejarlo antes era porque sospechaba que jamás lo conseguiría, y por puro miedo al fracaso. Y a pesar de ser consciente, no imaginas hasta qué punto estás enganchado, hasta que  consigues estar 48 horas sin fumar. Yo he llegado a darme un poquito de asco por ese motivo. Sentirme minúscula frente a un montón de mierda prensada en un tubito de papel. He llorado de desesperación, porque de repente mi mini-yo se volvía en mi contra, contra mi razón y me retaba a comprar un "último" paquete. Porque he estado dos días mareada, con graves y serios problemas para conciliar el sueño. Con palpitaciones y sudoraciones. Con un mono como el que sufre quien deja de consumir heroína. Me he dado un poco de asco, porque me he reconocido, tal y como empezaba escribiendo en este sitio, como a una drogadicta. Y aún, tras haber pasado por todo eso con toda la dignidad con la que he sido capaz, lo sigo echando de menos.

Es duro. Mentiría si dijera que no lo es. Peeeeeeeero aún así, me resisto. Aunque sea por cabezonería. O por no fallar a quien me repite constantemente que confía en mí y que sabe que lo conseguiré, porque él cree en mí y cree que puedo conseguir lo que me propongo. Y por estar viva muchos años sin problemas respiratorios. Lo conseguiré.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

El pasado siempre vuelve...

Cuanta razón tiene esa frase " Si pudiera volver atrás sabiendo lo que ahora sé"...  Y es que si pudiera volver atrás, no prestaría atención ni a halagos ni a cursiladas varias que en su día hasta me emocionaban. Tampoco me dejaría llevar por los instintos humanos más bajos, o al menos, no contigo.

Y tampoco puedo decir que me arrepienta. No por ti. Tú eres mi vergüenza. Sino porque después de ti, redescubrí un proyectito de mujer muy parecido a la casi mujer que soy ahora mismo, más dura, más fuerte y más valiente de lo que era antes de ti.

Pero esta es la consecuencia de haber derrochado tanto tiempo con alguien como tú. Que a pesar de los años que han pasado, no consientes que decidiera lo que quería para mi vida y lo que no. Y que te sacara de ella al igual que saco la basura a su sitio muy a menudo. Y no es que te esté llamando basura. La basura tiene nombre, y tú en mi memoria ni eso...
Y nunca te deseé nada malo, puedes creerme. La vida misma con su justicia natural se encarga de todo. Solo deseé que te llegara todo lo que mereces, y el tiempo me da la razón a cada paso. Ahí te ves, tras cinco años, sin nada mejor que hacer que criticar a alguien para la que solo eres un error.

Puedes seguir hablando tanto como te apetezca, para que en cada visita alguien me ponga al día de las fantasías que te has montado en esa cabeza, junto con tus ya conocidas enfermizas mentiras, herencia materna. Así es como ocupas tú tu tiempo, mientras yo prefiero ser feliz en mi presente.

viernes, 5 de agosto de 2011

Primer aniversario

No sé si hoy, mañana o hace una semana... Pero se ha cumplido un año desde el inicio de esta aventura nuestra de la convivencia.


El cambio ha sido grande. Hace un año yo vivía en una isla, rodeada de agua. En un lugar repleto de encantos. Y ahora, en otro sitio, soy yo la que está encantada.  Porque sí, porque la isla tiene su aquel, pero tú lo tienes todo. Y voy a empezar disculpándome, porque preveo unas palabras llenas de ñoñería, que no es mi estilo, pero una tiene sus días. Me excusaré con las hormonas que nos revuelven a las de mi especie... Aunque no sea cierto del todo, ya que no concibo hablar de ti sin abusar de palabras llenas de dulzura y de cariño.

Este primer año junto a ti, en un mismo hogar, ha sido tan fácil. Ya lo he dicho alguna vez, pero es que contigo es todo tan fácil... Será que 4 años de relación han ayudado a saber del otro como si siempre nos hubiéramos conocido. Porque ahora casi nos parece imposible, pero hubo un antes en el que no nos conocíamos, mi amor.

Resalto las mañanas. El abrazo aún en la cama. Cuando me espachurras contra tu pecho y me besas el cuello. Cuando te marchas al trabajo, y yo me quedo desayunando oliendo a ti. Y las noches... Dormir contigo es lo mejor del día. Y abrir los ojos en mitad de la noche sabiéndote ahí, a mi lado, siempre con tu mano rozando mi piel. Los sábados bien prontito, cuando nos podemos quedar otro ratito más con la persiana bajada porque ya nos entra el sol... 


Ha pasado tan rápido... Aún con las discusiones que acarrea cualquier convivencia. Y es que eres tú, siempre he sabido que eres tú. Mi persona.

viernes, 6 de mayo de 2011

Feliz día de la madre

Felicidades Mamá. Te escribo hoy, y no en el que en realidad fue tu día, porque confieso.. No fui capaz. El domingo algo se rompió en mí. Algo que llevo tiempo intentando mantener sin ni una sola grieta. Sin ni una sola fisura. El domingo se rompió, se hizo pedazos, muchos muchos pedacitos rotos. Desde el domingo, ando intentando recomponer ese desastre que se formó aquí, y aún no lo consigo, mamá.

Quizá son esos meses sin verte ni tocarte. Muchos días sin la oportunidad de que mi nariz se pierda oliendo tu pelo mientras tú me abrazas. Y es que te echo tanto de menos... Pero como tú siempre me decías antes de marcharme, nuestro deber es abrir las alas y vivir, lejos o cerca, pero vivir lo que uno mismo quiere y elige. Tal y como hiciste tú.

Yo pasé tu día en otra casa, con otra familia, y con otra madre. Con otra gran mujer, como tú, que cuida y que sobretodo respeta a sus hijos. Con una mujer que me ha ganado por completo, a la que quiero como se quiere a alguien de verdad. Con una gran madre, pero que no es la mía. Y tú, mami, tú pasaste tu día sola.

Y hoy, que no es tu día, yo te dedico este sitio. Por todo lo que has hecho siempre y sigues haciendo por nosotros. Por ser la columna que soporta el peso de una casa y de una familia numerosa. Pero sobretodo, porque te quiero hasta el infinito.  Felicidades Mamá.

miércoles, 20 de abril de 2011

Agradecimientos

Tal y como anticipé en la entrada anterior, hoy tocan los agradecimientos. Aunque al recibir la tarjeta con las notas, solo aparecía mi nombre y mis apellidos, eso no es del todo cierto. Hay más gente detrás de esa nota, y a todos ellos van dedicadas las letras de hoy. Así pues... Preveo un post un tanto largo...

El primero de la lista siempre eres tú. Mi santo. Como ya sabes, así te llamo aquí. Por no alardear de la cantidad de cosas que eres para mí, en un intento de hacer caber al mar en un vaso de agua, o a todas esas cosas en una sola palabra. Gracias. Gracias, porque fuiste tú en primer lugar, siempre en primer lugar, quien creyó en mí y en mi capacidad. Quizá no lo recuerdes, pero fue el pasado Julio, en una terraza frente al mar de Moraira, comiendo la mejor de las paellas que probamos allí, cuando a mi me llenaba y me envolvía la ansiedad de no saber qué hacer con una vida que rozaba los 25 años y que aún siendo propia no la sentía como tal. Aquel día, y recuerdo la mirada que me dirigiste, me dedicaste una frase que aún conservo : " Cyn, tú eres capaz de hacer lo que quieras, siempre lo has hecho. Respira, tómate tu tiempo, y cuando estés segura, adelante ".
Y cuando terminaron las vacaciones y el proyecto de trasladarme casi se tocaba ya con las manos, me ayudaste a elegir universidades adecuadas. Hiciste una de esas listas que tanto te gustan con los pros y contras de cada una. Y juntos elegimos la que nos parecía mejor. A partir de ahí, me preguntabas por cada clase, te interesabas por cómo me sentía, por cómo estaba. Me has ayudado a buscar apuntes en el oráculo de Google. Has desenpolvado tus cajas de estudiante y has encontrado libros del ya descatalogado cou, que me han servido de mucho. Me has estado escuchando hablar  horas y horas sobre los profesores, sobre los compañeros. Te anticipabas a las clases de matemáticas, estudiando tú primero las tutorías, para explicármelas después de esas clases, cuando llegaba a casa tan desmoralizada, tan insegura, tan perdida!!! Me has abrazado como se abraza de verdad, cuando me faltaba tu fuerza. Hemos repasado juntos los días anteriores al gran día. Y ¿ Sabes ? Me emociono al recordar todo lo que has hecho por mí durante este largo invierno. Gracias, mi amor. Por esas llamadas después de cada examen. Por esas palabras de ánimo. Por la vela blanca y mágica que encendiste el último día. Y sobretodo sobretodo sobretodo, por no perder tu confianza en mí y por soportar mis arranques y mis neuras, cuando me estancaba.

¡¡¡ A mi profe particular de matemáticas !!! MJ, así se llama. Es una compañera de trabajo de mi santo, y muy buena amiga suya. MJ, gracias por invertir tanto de tu tiempo en mí. Por los deberes que me mandabas, por las explicaciones de cada ejercicio que se me cruzaba. Por consentir retrasarte en tu propio trabajo, por ayudarme. Por los ánimos que has dado. No tengo voz suficiente para repetir las veces necesarias GRACIAS. Con todo mi corazón.

A uno de mis profesores. El de filosofía, José Gaspar Birlanga. Quien esté o haya estado en la Autónoma de Madrid, sabrá de quien hablo. Sus clases han sido las más entretenidas, y a la vez las más provechosas. Gracias por, a excepción de otros profesores, no tratarnos como a tontos o ilusos. Gracias por las tutorías extra que nos regalaste. Gracias por poner tu correo a nuestra disposición para dudas, o comentarios de los autores. Gracias por explicar tan bien y con tanta gracia. Y aunque ese es tu trabajo, lo sé... También sé que hay maneras y maneras de hacerlo. Y en ti, se percibe la vocación y el amor al trabajo bien hecho.

Gracias a mis compañeros de curso, sobretodo a Mónica, Rebeca, Dani y Elena. Porque con vosotros, esta aventura ha sido mucho más llevadera y hasta incluso, divertida. Por esos cafés en nuestro sitio de la cafetería de Filosofía y letras. Por ese intercambio de apuntes e impresiones. Y sobretodo sobretodo sobretodo, porque ahora mismo, sois lo más parecido a amigos que tengo en mi vida nueva.

¡¡ No puede faltar mami Reyes !! Reyes es la mami de mi santo, mi suegra o algo así. Ella se encargaba de renovarme el plazo de los libros en la biblioteca. Y sacó a sus santos para que me ayudaran en los examenes.

Voy a nombrar a tres personas que conocen este agradecimiento desde el momento uno. Juan, Mari y Cristina. Porque os sentí a los tres en todo momento. Juan, porque te siento a cada paso, y porque siempre has estado ahí, y porque tu fuerza es la que me ha hecho siempre asomar la cabeza desde todos los agujeros en los que me he caído. Y tu fuerza me lleva siempre a subir un peldaño tras otro. A cumplir mis objetivos. Mari, porque era tu día. Justo ese día 2 de Abril era tu día. Y sé que como amas a quienes me rodean ahora mismo, por prolongación, también te toco.  Gracias. Y por último, aunque no menos importante, Cristina. Mi dulce niña Cristina. Siempre conmigo.

GRACIAS.

lunes, 18 de abril de 2011

¡¡ Ahora sí !!

Ahora sí. No he tenido mucho tiempo en las últimas dos semanas y algo para actualizar el sitio. Estaba viviendo la vida que dejé aparcada desde octubre y casi olvidada desde principios de este 2011.

Entraba alguna vez y me limitaba a cambiar la fecha a escritos que llevaban conmigo meses o años. Sobretodo, para que si algunos ojos se asomaban, no se cansaran de ver en primer plano las mismas letras, ni las mismas imágenes.

Parto diciendo que no quiero convertir este blog en un diario donde contar batallitas sin sentido para quienes no me conocen, ni saben de mi vida. Más bien, quisiera seguir en la misma linea que hasta ahora... Encontrando aquí mi refugio, mi sitio donde descargar palabras que a veces componen algo hasta con sentido.

Pero hoy, haré una excepción. Quizá una de esas que siguen confirmando las reglas.

Siempre fui buena estudiante, pero a la vez demasiado rebelde, por eso dejé de formarme a los 17 o 18 años, llevando ya dos años compaginando libros y trabajo, abandoné una de esas tareas y me sumergí de cabeza en el mundo laboral y como consecuencia en la vida adulta.

Con la madurez de los años, descubres que siempre puedes seguir siendo una buena comercial, pero que eso es fácil. Y no, nunca he sido de las que se conforman con lo fácil, si puede haber algo mejor después. Así, al mes y medio de estar viviendo en mi nueva comunidad, me apunté a un curso a través de la Universidad Autónoma de Madrid, con el objetivo de sacarme el acceso a la universidad para mayores de 25 y poder estudiar después Magisterio en esa misma Universidad. Empecé en Octubre, y me lo tomé muy ligeramente hasta diciembre, a partir de ahí, la búsqueda de ese aprobado ha sido la razón de mis días.

Ahora ya respiro tranquila. El pasado jueves obtuve mis notas, obtuve mi deseado aprobado con un 6.80, y a la espera quedo del resultado de las reclamaciones... Por si pudiera subir unas décimas.

Descubrir las sensaciones que uno siente obteniendo un buen resultado tras un gran esfuerzo, no tiene precio. Y la descripción de dichas sensaciones, casi que las dejo para otra entrada. Pero, no hay palabras. Aún, 4 días después de ese descubrimiento, mi santo me sigue despertando con el abrazo de costumbre,  más la novedad de ese susurro que además de darme los buenos días, me recuerda que lo he conseguido. De hecho, la nota es mérito de los dos, pues él ha invertido mucho de su tiempo en ayudarme, en apoyarme, en conseguir que tuviera confianza y seguridad... Pero los agradecimientos, para la próxima entrada también.

Ahora ya, sí que me siento libre. Libre de hacer lo que me plazca sin la voz de mi mini-yo, recordándome que no puedo entretenerme en tal o cual cosa, y andar restándole horas al estudio.
 Llevaba más de 3 meses sin leerme un solo libro elegido por mí, y tal era el ansia que en estas dos semanas, hoy he empezado mi cuarto libro...
Tras 9 meses en un sitio nuevo, apenas conozco nada, así que ya tengo planificadas las salidas a los museos, a las exposiciones de arte, o a recorrer esas calles que con tanta historia detrás, ofrece esta gran ciudad.

O el placer infinito de tumbarme en la terraza durante estas mañanas tan soleadas que aparecen en el cielo. Con la única intención de hacer nada. Porque nada es más urgente ahora que vivir intensamente.

miércoles, 13 de abril de 2011

Aqui empieza

Un, dos... Probando, probando... Se escucha al fondo?

Aquí empieza la función. Simplemente. Con más tiempo relataré de qué se trata... De momento no hay más... Empieza aquí.

lunes, 4 de abril de 2011

Me fui.....

Me alejé demasiado. Quizás en exceso… Me alejé tanto que en el momento de echar la vista atrás para regresar, había ya olvidado el camino.                                                  

La mente, la imaginación… Sí, tal vez sea solo eso… Tal vez. Porque soy de las de defienden hasta el infinito el inmenso placer de cerrar los ojos, a plena luz del día, sintiendo el mundo a través de una ligera brisa… Solo para salir del mundo, de las cosas tal y como son, y poder recrearlas como si dentro de la cabeza tuviéramos un pincel junto a muchos colores, además de alas.

Volar hacia dónde nunca llegaremos, acercarse a una idea o recomponer una y otra vez un recuerdo, con la precisión de un cirujano y con la inspiración de un músico.

No hay premio garantizado. No… No lo hay. Solo que a veces te das de bruces contra una pared, contra esa delgada línea que materialmente separa la verdad de lo ficticio. Pero para esto también tengo una salida… Me gusta creer que de vez en cuando ocurre algo verdaderamente prodigioso, y es que una vez más la imaginación se convierte en realidad.

Y no son más que ideas abstractas.

viernes, 1 de abril de 2011

Contigo...



Hubo un día, hace ya algunos años que tuve que aprender a dormir sola. Y lo conseguí. No solo dormir, sino disfrutar de la cama, y del sueño. Del espacio, de la almohada y de mi propio aroma. Dormir con alguien aunque lo parece, no es del todo fácil. La silueta de los cuerpos, el calor corporal, el silencio o el no silencio nocturno. Yo no creo que sea tan fácil acoplarte con otra persona en algo tan cotidiano y tan íntimo como es el dormir en sí mismo. Y hoy, en esta misma cama que he disfrutado estos años yo sola, me faltas tú. Porque contigo, no solo es que sea fácil lo difícil, es que se convierte en necesario e insustituible. No me puedo dormir, y no es falta de sueño o de cansancio. Faltas. Y si tú faltas, nada se puede hacer.

Y no solo el dormir. Y vuelvo a una frase que ya escribí en su día. Si faltas, sigo respirando, sigo viviendo y sigo durmiendo. Con mayor o menor sacrificio, mi vida seguiría con sus amaneceres y con sus inviernos tras sus veranos. Seguiría levantándome de la cama cada día, y volviendo a ella todas las noches. Pero sería solo eso. Contigo es una vida llena. Llena sin más explicaciones. Porque si digo " es una vida llena de alegría y felicidad " me estaría refiriendo solo a la alegría y a la felicidad. Y contigo es una vida llena de todo lo que pueden estar llenas las vidas llenas.

Esto es solo el comienzo. Porque al mirarte en cualquier momento, yo también siento que te quiero más. Y cada día, al volver a mirarte vuelvo a sentir que te quiero aún más. Insisto. Esto es solo el comienzo.

Solía pensar que todo tiene un principio y un final. La vida misma empieza en un nacimiento y termina en una muerte, y no conozco nada más mágico y poderoso que una vida. O no conocía, quizás. Creo y quiero seguir creyendo que nuestra historia tiene aún más magia, y más misterio y más poder si cabe que la vida.

Te admiro como la persona que eres desde primera hora de la mañana. Te quiero en cualquier circunstancia del día o de la semana. Y te amo, como hombre mío que eres.

Contigo todo es más que fácil. Es maravilloso, amor.

domingo, 27 de marzo de 2011

Con una hora menos

Hoy hemos amanecido más tarde, sin haber dormido más. Nos han robado una hora de sueño, una hora de nuestro tiempo y nos quedamos así, como si nada.
Perdemos el valor de 60 minutos y a nadie le duele más que la cabeza por haber descansado una hora menos, o la consciencia por haber amanecido más tarde.
Cierto es, nos devolverán la hora cuando caiga el otoño, pero ¿ y si alguien ha compartido esta madrugada sábanas por primera vez con un amor que creía imposible? ¿De qué le servirá la reposición de esa hora robada cuando ya la piel no sea nueva?

Y no abrimos la boca, porque seguimos la moral del rebaño. Porque lo que a nadie le importa, no tiene por qué importarnos y molestarnos a nosotros.

Yo exijo los 60 minutos que me han quitado esta madrugada. Porque ese tiempo es mío y nadie me preguntó si me importaba. Nadie me dio a elegir entre más luz o menos tiempo. Nadie pensó en mí cuando colaron en este mes un día de 23 horas. Exijo mis 3600 segundos.

martes, 22 de marzo de 2011

Tu desnudo

Entré en la cafetería por casualidad. De camino a la barra, buscando al camarero para pedirle un café con leche en vaso, me crucé con tu mirada. Me paralizó. Esos grandes ojos oscuros me paralizaron y a punto estuve de saludarte. Me pareció tan cercana esa forma de mirar... Pero no te conocía. Se me escapó media sonrisa quizás, pero seguí caminando sin decirte nada. Paso firme hasta la barra.

Pedí un café y mientras hojeé un periódico cualquiera. Seguía sintiendo tus ojos en mi nuca, y así ocurrió cuando me di media vuelta. Seguías mirándome. ¿Quién era el dueño de esos ojos? Pagué el 1.30 de mi café, doblé el periódico para dejarlo en su sitio y me bajé del taburete... Volví a pasar por delante de ti, de tu mesa, deseando que me hablaras, esperando que me dijeras algo. No me podía ir de ahí sin saber de ti. Seguí hacia la puerta, despacio, esperandote, dándote tiempo para decidirte.Levanté por última vez mi vista, buscando la tuya para despedirme y me sonreiste ya abiertamente. Me quedé quieta. Di un paso hacia tu mesa y me confesé... "No sé quién eres, lo curioso es que me suenas mucho ".

Y no lo recordaba, aunque tu a mí si. Hacía más de dos años me había desnudado para ti. Para ti y para otros más al mismo tiempo. Fui un cuerpo desnudo en una clase donde muchos pares de ojos me miraban y me plasmaban en un papel. Fui unas curvas con cabeza y pelo en un aula donde recuerdo haber pasado mucho frío. Pero no tenia el recuerdo de la vergüenza que sentía en ese justo instante, cuando tú me estabas saludando y buscando mi piel bajo mi ropa.

Seguía sin conocerte, mientras tú, en cambio ya conocías hasta el tamaño de mis pezones.

sábado, 19 de marzo de 2011

Felicidades Papá!!!

Hoy es tu día, papá. Y desde aquí, desde mi espacio recientemente estrenado quiero dedicarte la entrada de hoy. Hacerte protagonista de un trozo de la red que va a ser única y exclusivamente para ti, y agradecerte tanto y tantísimas cosas...

Lo primero de todo, GRACIAS por la vida, por tu amor, y por tu respeto. Gracias por criarme y educarme en ese entorno de libertad en el que tuve la obligación de tropezar y equivocarme para aprender el camino. Gracias por dejarme elegir y respetar mis decisiones. Gracias por permitir y aceptar mis errores, para permanecer ahí abriendo esos brazos a los que yo acudía cuando reconocía mi fallo. Gracias por tus silencios, y por tus consejos solo cuando yo los pedía. Gracias por tus no-reproches cuando una vez pedidos, hacía caso omiso a esas consejos. Gracias por aceptar que me haya hecho mayor, y que haya decidido echar raíces lejos de vosotros. Gracias por escucharme. Gracias por moverme por dentro al decirme que me echas tanto de menos, y preguntarme cada vez que nos llamamos cuándo viajaré a visitaros. Gracias por quedarte en este mundo, cuando todos pensábamos que te ibas sin despedirte. Gracias por ser así de fuerte y haber dejado de fumar en su momento. Gracias por tantas cosas, papi, que no acabaría nunca.

Tengo muchos recuerdos de mi infancia y de mi adolescencia, y creeme papá, en ellos siempre aparece tu sonrisa dibujada. Y tus manos, esas manos grandes y fuertes, que de pitufa sabía que siempre me protegerían.

En casa nunca hemos sido de decirnos mucho las cosas... Nunca lo entendí, la verdad... Así que déjame decirte que te quiero con todo mi corazón, Papi...

jueves, 17 de marzo de 2011

......La ciudad no duerme.............

Desde la ventana de mi habitación, veo campo... Mucho campo. Y más alla, el monte Gurugurú. Para quien no lo conozca, es ese monte "cortado" , al sur de Alcalá de Henares, donde hacía las prácticas la unidad de caballería que después participó en las operaciones militares del monte africano del mismo nombre.
 Más allá luces. Muchas luces blancas y rojas, de las torres del aeropuerto de Barajas. Y de vez en cuando, a lo lejos, también veo despegar y aterrizar algún avión.

Suelo acostarme tarde. Me cepillo los dientes con los ojos casi cerrados y arrastro los pies hasta mi cama. Duermo desnuda, buscando el calorcito de mi santo, y siempre siempre siempre miro por la ventana. Imagino sobretodo, las prisas y los nervios en las terminales de Barajas. La ansiedad del que espera en "llegadas" y la actividad de todas esas personas que están empezando su jornada laboral cuando yo me dispongo a entregarme a Morfeo.
Me despierto también muy pronto, y vuelvo a mirar por la ventana. Aún no ha amanecido... Siguen esos aviones ahí. O no, seguro que son otros, con otros pasajeros, otros trabajadores en lo alto y en lo bajo de ese aeropuerto... La ciudad no duerme.

domingo, 27 de febrero de 2011

Quiero saber...



Quiero saber si te atreves a soñar. Si eres capaz de dejar tu mente en blanco, abrir los brazos y echar a volar hasta ese lugar dónde tú y solo tú puedes llegar. Si aunque sea en esos pequeños instantes que saben a gloria, consigues abrazar todo lo que tu corazón añora, o lo que tu alma anhela...

Quiero saber cuál es tu dolor. Y si huyes de él, o te aproximas lentamente para ponerte a prueba una vez más. Si las traiciones de una vida te han abierto, o te han hecho encogerte de frío o de rabia... O si caminas con temor, inseguro por una senda que es solo tuya...

Quiero saber si cierras los ojos en cualquier lugar, solo por recordarme... Solo por sentir mi aroma, y recorrer mi piel. Si te estremeces cuando me ves en un ayer, o si sonríes cuando dibujo corazones sobre tu pecho.

Quiero saber si eres capaz de correr el riesgo de quedar como un tonto cuando te enamoras. O por tus propios sueños... O por la misma aventura de sentirte vivo. Si puedes estar en el gozo sin advertirte que tienes que tener cuidado, sin recordarte a ti mismo las extrañas limitaciones del ser humano...

Quiero saber si vives más de lo que piensas. Si no temes dejar de ser realista, y sientes por ti y por el momento en que respiras. Si no temes desilusionar al que miras de frente con tal de ser tú, y con tal de mostrar tu autenticidad.

Quiero saber qué te sostiene cuando todo se derrumba. Hacia dónde diriges tu mirada... Hacia dónde te llevan tus pasos... Dónde sitúas tus metas, y cuando empieza la carrera.

Quiero saber si me sientes. Si cuando llevas tu mano a tu pecho, sientes mi latir... Si recibes los besos que se escapan en cada suspiro. Y si se te derrama a ti alguno, cuando no te das cuenta...





¿ Qué pasará ?

Y qué pasará si en el próximo encuentro, no estoy... Qué pasará si no regreso... Si tu piel deja de ser una piel nueva en mi memoria y ni tu piel ni mis ganas son ya las mismas...  ¿Qué pasará?
" En ese supuesto no podré olvidarte, Cyn... "

Ni yo quería que me olvidaras, como tampoco quise que me dejaras ir.