Entré en la cafetería por casualidad. De camino a la barra, buscando al camarero para pedirle un café con leche en vaso, me crucé con tu mirada. Me paralizó. Esos grandes ojos oscuros me paralizaron y a punto estuve de saludarte. Me pareció tan cercana esa forma de mirar... Pero no te conocía. Se me escapó media sonrisa quizás, pero seguí caminando sin decirte nada. Paso firme hasta la barra.

Y no lo recordaba, aunque tu a mí si. Hacía más de dos años me había desnudado para ti. Para ti y para otros más al mismo tiempo. Fui un cuerpo desnudo en una clase donde muchos pares de ojos me miraban y me plasmaban en un papel. Fui unas curvas con cabeza y pelo en un aula donde recuerdo haber pasado mucho frío. Pero no tenia el recuerdo de la vergüenza que sentía en ese justo instante, cuando tú me estabas saludando y buscando mi piel bajo mi ropa.
Seguía sin conocerte, mientras tú, en cambio ya conocías hasta el tamaño de mis pezones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario