domingo, 27 de marzo de 2011

Con una hora menos

Hoy hemos amanecido más tarde, sin haber dormido más. Nos han robado una hora de sueño, una hora de nuestro tiempo y nos quedamos así, como si nada.
Perdemos el valor de 60 minutos y a nadie le duele más que la cabeza por haber descansado una hora menos, o la consciencia por haber amanecido más tarde.
Cierto es, nos devolverán la hora cuando caiga el otoño, pero ¿ y si alguien ha compartido esta madrugada sábanas por primera vez con un amor que creía imposible? ¿De qué le servirá la reposición de esa hora robada cuando ya la piel no sea nueva?

Y no abrimos la boca, porque seguimos la moral del rebaño. Porque lo que a nadie le importa, no tiene por qué importarnos y molestarnos a nosotros.

Yo exijo los 60 minutos que me han quitado esta madrugada. Porque ese tiempo es mío y nadie me preguntó si me importaba. Nadie me dio a elegir entre más luz o menos tiempo. Nadie pensó en mí cuando colaron en este mes un día de 23 horas. Exijo mis 3600 segundos.

2 comentarios: